Restricción De Calorías Previene Los Síntomas De Asma Vinculados Con Inflamación Pulmonar

01/30/2019

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Investigadores de Johns Hopkins Medicine ponen en conocimiento que una dieta hipocalórica, sin importar el contenido de grasas y azúcares, ha prevenido los síntomas de asma en ratones. Los investigadores también determinaron que la obesidad, resultante de un régimen alimenticio alto en calorías, desencadenó los síntomas de asma en los animales al provocar la inflamación pulmonar y, un fármaco que inhibe la inflamación, ayudó a aliviar los síntomas.

En el informe publicado en Scientific Reports, los investigadores explican que sus resultados se suman a la evidencia que corrobora la relación que existe entre la obesidad, la inflamación y el asma, y lo valioso que es tratar los síntomas característicos del asma, padecidos por personas obesas, con fármacos antiinflamatorios.

Científicos y médicos desde hace décadas saben que las personas con sobrepeso tienen muchas más probabilidades de padecer de ciertos tipos de asma o de que sus síntomas de asma aumenten, que las personas con peso normal. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU., un 38.8 por ciento de adultos con asma son obesos, una cifra mucho más elevada que la de los adultos que no padecen de asma, que alcanza un 26.8 por ciento. Pero los mecanismos biológicos subyacentes a los síntomas de asma relacionados con la obesidad y los riesgos, no han quedado perfectamente claros.

“Las investigaciones anteriores parecen indicar que el contenido elevado de grasas y azúcares de las dietas que llevan a la obesidad, también desencadenan la inflamación y provocan el asma”, explica el Dr. Vsevolod Polotsky, catedrático de neumología y medicina intensiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y autor principal del estudio. “Empero, nuestro estudio demuestra que la obesidad da lugar a los síntomas de inflamación asociados con el asma, pese a la composición de la dieta, y que la restricción de calorías por cualesquiera medios puede prevenir o tratar el asma mediante la reducción de la inflamación”.

El asma es una enfermedad pulmonar crónica en la cual la inflamación provoca el estrechamiento de las vías respiratorias y produce respiración sibilante, tos, disnea y opresión en el pecho.

Polotsky explicó que su equipo emprendió la investigación con animales con la intención de explicar la relación que existe entre obesidad, asma, dieta e inflamación, y así poder impulsar nuevas opciones de tratamientos; en particular porque las terapias tradicionales como los esteroides inhalados, no son tan efectivos con los asmáticos obesos.

 

En la investigación, los científicos alimentaron a ratones machos de tamaño normal con una de cuatro dietas: dieta hipocalórica con alimento balanceado comercial para roedores de laboratorio, dieta con una densidad mayor de calorías y grasas por gramo, dieta con una densidad mayor de grasas por gramo complementada con azúcar y una dieta con una densidad mayor de grasas trans complementada con azúcar. Además, distintos grupos de ratones recibieron una alimentación rica en calorías, pero con ingestión diaria limitada, para que coincidiera con la cantidad de calorías ingeridas por los ratones en la dieta hipocalórica.

Después de ocho semanas, los ratones en cualquiera de las dietas ricas en calorías sin ingestión limitada, habían aumentado unos 7 gramos de peso más que los ratones en la dieta hipocalórica o los ratones en la dieta con una densidad mayor de calorías pero con ingestión diaria limitada.

Los investigadores luego pasaron a hacer una evaluación de las funciones pulmonares de los animales midiendo el estrechamiento de las vías respiratorias mientras estos inhalaban diferentes concentraciones de metacolina, un fármaco que provoca el estrechamiento de las vías respiratorias, para ver si los ratones habían empezado a padecer de asma. Cuando se les administró una dosis de 30 miligramos por mililitro de metacolina, los ratones en todos los tipos de dietas ricas en calorías con ingestión diaria no limitada mostraron vías respiratorias constreñidas por lo menos 6.3 veces por encima de la valoración inicial, mientras que los ratones en la dieta hipocalórica o en la dieta de restricción calórica mostraron vías respiratorias constreñidas casi 4.7 veces por encima de la valoración inicial. Los resultados de estas pruebas —similares a los usados para detectar o diagnosticar el asma en personas— indicaron que los ratones en las dietas ricas en calorías presentaron síntomas de asma, al igual que obesidad.

En sus investigaciones anteriores, Polotsky y su equipo demostraron que los ratones alimentados con dietas altas en calorías durante dos semanas mostraron concentraciones elevadas de IL-1ß (interleucina-1 beta), una proteína cuya presencia indica inflamación en el cuerpo.

En los experimentos nuevos, los investigadores trataron de definir la relación que existe entre la obesidad, la respuesta inflamatoria y el asma, alimentando a sus ratones durante las primeras ocho semanas con dietas altas en calorías. Luego pasaron a inyectar a diario, y durante dos semanas, a uno de los grupos de ratones con un fármaco conocido como anakinra, para bloquear la actividad de la proteína IL-ß —y por consiguiente la inflamación— e impedir que llegase a las zonas metas.

Al final de las ocho semanas, después de la administración de una dosis de 30 miligramos por mililitro de metacolina para examinar la capacidad de respuesta de las vías respiratorias, los ratones obesos a los cuales se les administró el fármaco anakinra demostraron tener vías respiratorias constreñidas 2.9 por encima de la valoración inicial, pero menor de 5.1 veces del aumento que se observó en los ratones a los que no se les administró el fármaco.

Los investigadores sugieren que estos resultados demuestran que bloquear la respuesta inflamatoria en los ratones parece impedir que las vías respiratorias respondan a los desencadenantes del asma y pueden llevar las reacciones pulmonares de vuelta a la normalidad, en ratones obesos.

“El fármaco que usamos ya está en el mercado y puede someterse a ensayo como posible tratamiento para el asma en personas obesas cuya enfermedad no responde bien a las terapias convencionales” dice Polotsky.

Los investigadores explican que deben repetir sus experimentos en ratones hembras para confirmar la validez de la investigación, antes de proceder a los ensayos clínicos.